Rol New! (Proposición) Mas Info, dentro.

Sales de la tienda de campaña y los orcos de la entrada te despiden inclinando levemente la cabeza.
Tus cosas están en tu casa, no muy lejos de donde acabas de salir.
Por el camino te encuentras con las mismas cosas de antes, y llegas a tu casa.
No es de las peores, pero tampoco se puede decir que vivas en un lujo.
Es una tienda de campaña más, con una bandera en la parte superior y de un material color burdeo. La entrada tiene una cremayera para abrir y cerrar la tienda, no es nada segura pero al menos te advierte de que hay alguien en el caso de que entren mientras duermes.
Entras en la tienda y hay un saco de dormir bastante grande, tu armadura y arma, velas repartidas por la tienda de forma que está bien iluminada y bastante polvo. También tienes una mochila y comida dentro.

Después de prepararte, te diriges a la ciudad. Aunque no te coge a mucha distancia de casa, la Iglesia tampoco está al principio de la ciudad... De camino a Heroum ves, a parte de vagabundos, bosques y algunas casas de los ricachones aislados de la sociedad, en casas "rurales".
Al fin llegas a la entrada de Heroum. La entrada principal es un gran arco, de enorme estatura y bastante bien construido, con enredaderas que florecen adornando todo el arco. A ambos lados del arco hay dos guardias armados hasta las trancas, ya que en Heroum tenían prohibida la entrada algunos tipos de enanos y los orcos.
Al llegar a la entrada se intensifica el olor a quemado y el calor, aún estando lejos de la Iglesia.
Se ve bastante gente, la mayoría borrachos, soldados ayudando en el incendio, ricachones riéndose discretamente de los eclesiásticos y las mujeres ayudando con agua.
La Iglesia está en la otra punta de la ciudad, pero por su enorme tamaño se vería desde muchos sitios.

Entras por la puerta y gritas pidiendo habitación, pero como era de esperar no hay nadie. La puerta que da a las escaleras de las habitaciones está cerrada por seguridad, la barra donde sirven bebida y comida está tapada.
Mirando alrededor ves, a parte de eso, mesas y sillas colocadas por parejas menos cuatro mesas juntas.
También ves que el suelo está bastante sucio, pero... en una zona cerca de la barra hay sangre reciente.
Fuera de la posada se escucha lo mismo que antes, aunque un poco menos ruidoso debido a que ya estarán más organizados y podrán trabajar mejor. Lo único que no cambian son los llantos doloridos de los heridos y muertos y sus familias.

Preparando tu arma y dejando una marca en el suelo en donde estabas, te diriges hacia Hyek.
Atraviesas parte del bosque que hay de por medio, dejando atrás el camino y adentrandote en la ciudad.
Está todo oscuro, menos en las zonas como el Ayuntamiento, la Iglesia y la taberna, esos siempre tienen alguna luz encendida.
Por el camino también se ve una posada con las luces con las luces aún encendidas, cosa extraña. También ilumina la calle los típicos farolillos colocados en los árboles de adorno.
No parece haber ninguna trampa, tu eres de los poco guardabosques que hay en Hyek, además las trampas no las suelen poner en la ciudad.
Despues de un ratillo corriendo por la ciudad, llegas a la otra parte del bosque. Desde donde estás no se ve ningún leñador, pero si se sigue escuchando el ruido.

Con espada sobre el hombro y armadura bien puesta, sales de la casa y ves que en el suelo se ven las huellas del caballo del mensajero que se dirigen a la ciudad.
Dado que no tenéis caballo, aún no alcanzásteis ese rango, vais a pie hacia Heroum.
Llegáis a la entrada principal, aunque también única. La entrada principal es un gran arco, de enorme estatura y bastante bien construido, con enredaderas que florecen adornando todo el arco. Además hay dos soldados a cada lado del arco, de vuestro mismo rango que os saludan inclinando la cabeza y volviendo a su quehacer.
Podías llegar a usar los cinco sentidos para ver lo que provocaba el incendio. Olor a quemado, si abrías la boca mucho rato un sabor repugnante, humo que llegaba a vuestra vista e incluso podíais tocar parte del hollín que había.
El hospital está a la izquierda de la entrada de la Iglesia, aunque antes deberiais ir a la Iglesia a recoger a alguno de los heridos o muertos.
-Te sigo-Dice Zack-.

Con el trozo de pan en la boca e intentando masticarlo, ya que está bastante duro, te pones tu armadura, te atas la espada.
Miras hacia el agujero, y ves que no es muy grande, pero con tu constitución de drow cabes seguro.
El tipo está justo debajo del agujero borracho y tambaleándose un poco, pero sin quitarse de tu punto de mira.
Te diriges a la esquina opuesta en la que está la cama, coges carrerilla y saltas dentro del agujero (Éxito) dándole un golpe con la planta del pie en la cabeza y dejándole inconsciente y cayendo tu encima suya.
Todos se te quedan mirando con una cara de sobresalto y el botones a la vez con cara de alivio.
-Uff...al fin se va a callar durante un rato...-Dice alegre-. Eh vosotros, si los que mirais como alelados, coged a este y llevadlo a una habitación, si mañana no paga se enterará de lo que es bueno-Al fin se dirige a ti ayudándote a levantarte para que puedan coger al borrachuzo los demás-.Gracias, pero tampoco deberías haber sido tan bestia...Aún así, ¿cómo agradecerte?...¡! El dinero que me habría costado que se lo llevasen a su casa te lo daré a ti, si te parece bien... o eso o esta noche y la siguiente la pasas aquí gratis. ¿Qué eliges?
Mientras te da a elegir se escucha como una persona armada pasa corriendo por delante de la puerta de la posada, dejando de oírse de nuevo.

Te diriges a Heroum por la entrada principal y única de la ciudad. La entrada principal es un gran arco, de enorme estatura y bastante bien construido, con enredaderas que florecen adornando todo el arco. A ambos lados del arco hay dos guardias armados, ya que en Heroum tenían prohibida la entrada algunos tipos de enanos y los orcos. Si no, no habría ningún guardia y sería totalmente de libre acceso la ciudad.
Pasas por el arco y percibes el olor a quemado del incendio de la Iglesia. Estando ahora en la ciudad se escucha mucho más las quejas de dolor de la gente, aunque la Iglesia está en la otra punta de la ciudad. También hay soldados ayudando al traslado de muertos y heridos por toda la ciudad.

-Chistes los mínimos, ser de verde-Dice el que parece el enano jefe-.
Dos enanos aparecen de detrás del cabecilla, con cuerdas y armados y te colocan las cuerdas apretándote fuertemente los brazos y lo refuerzan con otra cuerda mas.
-Para que no te escapes.
Los enanos que estaban a caballo se vuelven a montar, y te fijas que, a parte de 10 enanos a caballo, también hay como 15 a pie. Está claro que te querían pillar fuese como fuese.
De camino a Trumwo el cabecilla se pone a preguntarte, con interés sobre lo que haces
-¿Por qué no vives con los orcos? ¿Y por qué estudias ese tipo de magia?...Encima en nuestro territorio...con nosotros, que estamos en contra de toda magia... ¿eres masoca o qué?
Llegais a Trumwo, y os llevan al castillo, donde se esconden las mazmorras.
-Ahora te tenemos que checkear, no queremos que te escapes o algo así...Y si lo haces, sabes lo que te espera,¿no?...
El enano comienza a registrarte, toca tu bolsillo y encuentra algo...Un libro de maleficios, el otro no lo consigue ver.
-Lo sabía... ¡Encerradle ya!
Los otros enanos cogen las llaves, cierran la puerta de las mazmorras y se van, dejándote completamente solo.

Poniendote tu armadura y cogiendo tu espada y mochila, sales de la tienda cerrándola.
Te diriges a la salida de Kelyhos y la cruzas, viendo delante tuya un bosque pantanoso, otro bosque más que seguramente era Hyek, hogar de los drow, y si recorrías un graaaan trecho encontrarías incluso el bosque de los elfos, Edasire.
Según tu jefe (También conocido como Gran Chamán), el elfo no estaría en Edasire, pero si en algún bosque cercano, que estaría más cerca de Heroum que de Edasire.
El caso era que pasase lo que pasase, tu misión era matar a ese elfo, si no ocurría eso no podrías volver a Kelyhos.

Pasas de largo de la entrada y vas directo a la Iglesia.
En efecto, allí todos están mas nerviosos porque hay guardias que ya han empezado a detener gente sospechosa del incendio de la Iglesia. Entre ellos, extrañamente, ves a un propio eclesiástico.
Justo en la entrada de la Iglesia es donde menos jaleo hay, la mayoría de la gente está en el hospital o cerca del lugar.
La Iglesia es un gran edificio (más grande que el ayuntamiento), con tres pisos. El primero donde están las salas de oración, el segundo las residencias de los "curas" y el tercero con una azotea y el campanario.
Estás enfrente de la "famosa" Iglesia.

Tocas con un dedo la sangre, te la llevas a la boca para intentar reconocerla y (Éxito) reconoces que es de un humano, claramente.
Lo único claro es que en la posada parece no haber nadie en esta planta y que la sangre es de alguien.

Concentrándote en el ruido, consigues, ahora si, escucharlo con toda perfección. Ya no suena tan fuerte como antes, seguramente si era un leñador está empleando menos fuerza, pero se seguía escuchando en dirección sur, por donde tu te diriges ahora.
Conforme vas avanzando se empieza a perfilar las figuras de los enormes árboles, de los arbustos, y de una persona de raza que no puedes identificar aún.
A tu alrededor hay arbustos, más arbutos, árboles, más árboles, la figura que ves y... más arboles.
Notas como alguien te sigue, pero tan discretamente que ni sabes dónde está.

Vais directos a la Iglesia y veis un tipo plantado frente a la Iglesia, pero sin ninguna herida ni nada aparente.
A la izquierda, en el hospital, es donde más jaleo parece haber.
Soldados como vosotros están arrestando a gente sospechosa del incendio.
Cerca de donde estáis se ve un cúmulo de cuatro personas juntas tiradas en el suelo, de las cuales no se distinguen si están vivas o muertas.

Siguiendo al sonido llegas hasta la salida de Hyek, encontrándote con una drow que parece concentrarse en algo, y vuelve a correr llendo a parar algo más adentro del bosque. La drow no emite ni un solo ruido, se dedica a observar una figura que se ve talando un árbol, de raza desconocida.
Estás rodeado de muchos árboles, plantas, arbustos, matorrales y algunos bichos, pero muy pocos.

Estás llendo al Hospital, cuando sucede lo que esperabas pero antes de tiempo. Los guardianes detienen a algunas personas, a los supuestos pirómanos que incendiaron la Iglesia.
Te diriges rápidamente al hospital, y entrando ves muchos heridos, la mayoría cleros... ¿Cuál de ellos será Steben?
A tu alrededor hay bastantes camas con heridos encima, y en otra sala que se ve hay una sala con muertos.
Esta vez habían causado mas heridos que nunca los pirómanos anti-eclesiásticos.

Estando en la celda de sucios barrotes y con una manta tirada en el suelo, que supuestamente es una cama, sacas el libro que no han conseguido quitarte por ineptitud. El libro es dorado con adornos en rojo y verde, y no muy grande.
Abres el libro retomando el estudio y volviendo a leer y releer, te das cuenta de que no entiende n....Un momento, acabas de entender una frase... ¡Si, y con toda perfección! La frase según entiendes es para dormir... a seres vivos, claro está. La frase dice: "Is somnus , quinymo quam per suscitatio", traducida del idioma "Duerme, y no despiertes"

Pasando de largo de todas las demás opciones, vas a Heroum, donde debería haber un bosque en la parte posterior a la entrada, a parte del mini-bosque que hay en la entrada.
Por el camino te encuentras a otro de tu raza, con heridas y quemaduras, que nada más verte deduce a dónde te diriges.
-Si vas a Heroum yo que tu ni me acercaba, los orcos tienen prohibida la entrada a esa ciudad. Anda con cuidado...
Dicho esto, el tipo se va en dirección a Kelyhos.

Intentando ver a alguien con posesiones que te "dejen prestada", ves cadáveres en el suelo, posiblemente con sus pertenencias aún, o a lo mejor quitadas por los guardias. Entre los cadáveres ves a tres muertos y un niño pequeño entre ellos, amenazando con una navaja a un soldado, al que no para de gritar.
A parte de eso, solo ves la Iglesia, los ricachones de antes y a tu izquierda el hospital.

Mirando con atención todo el suelo, paredes, techo... Ves algo, no mucho pero son más gotas de sangre en la puerta que cierra la escalera que da a las habitaciones.
Mirando más aún, ves que hay algunas otras en las paredes cercanas y en parte de la barra, pero muy poco rastro.
En el suelo no hay ningún indicio de que si el accidente, pelea o lo que fuese que haya pasado, fuese sobre todo en ese sitio.

Te acercas con cautela al leñador, que concentrado en su trabajo ni se da cuenta, pero sigues sin poder localizar al seguidor, miras a tus alrededores y no ves a nadie.
Silencio, nada más.

Zack se dirige hacia el interior de la Iglesia, cruzándose con el tipo que está plantado ahí, pero que se da la vuelta como buscando "algo".
Mientras, te vas a donde están las cuatro personas, solo una parece viva.
Es un niño que al verte te amenaza con una navaja, como si fueses su enemigo y no el que le llevaría a la Iglesia.
-¡No me hagas nada más! ¡Papá y mamá han muerto por tu culpa!
Parece incluso traumatizado.

Puesta tu mirada fijamente en la drow y el leñador, ves como la drow se va acercando un poco más al leñador, que no se da ni cuenta afanado en su trabajo.
Al quedarse en una posición fija, la drow se para y mira a los alrededores, con la suerte de que ni te ve.
Alrededor si no fuese por el leñador y su manía de cortar árboles, todo estaría en silencio.

Con el propósito de que un enfermero te ayude a encontrar a tu trabajito, buscas por el hospital.
Vas andando por él sin encontrar ningún enfermero o enfermera, llegando a un pasillo largo por el que sigues caminando.
Al final del pasillo encuentras una especie de "despacho" con la puerta cerrada y que pone: "Aaron Edward".

Examinando toda la celda (Éxito!), bingo, hay algo que los "grandes artesanos" de los enanos no se han dado ni cuenta. Uno de los muros de la celda está bastante tocado, que en cualquier momento parece que se derrumbaría, pero hasta ahora sigue aguantando ahí. Tiene hasta un pequeño agujero donde parece haber una rata... y su casita.
Los barrotes están perfectamente, el metal es algo que se les da de vicio a los enanos, en eso si que no se iban a equivocar.